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jueves, 13 de enero de 2011

Un día en la ciudad


UN DÍA EN LA CIUDAD
Fue el primer viaje que hice sin padres o profesores que tuviesen que vigilarme o que planificasen el viaje a su manera. Febrero del 2009, mis amigos y yo nos aventuramos por primera vez a conocer mundo juntos, y nuestro destino elegido fue Roma.
No puedo evitar sonreír y emocionarme solo con recordar mi primer día en la conocida ciudad eterna, desde nuestra llegada a las 8 de la mañana al aeropuerto Ciampino hasta que me quedé dormida en el hotel.
Eran alrededor de las 7 y media de la mañana cuando estábamos aproximándonos al aeropuerto romano de Ciampino. Los nervios y las ganas de conocer y descubrir rincones maravillosos recorrían todo mi cuerpo ¡Por fin estaba en Roma!¡Estaba allí!
Lo primero que me sorprendió de esa ciudad era la “falta de organización” para según que cosas. Me pareció completamente extraño que bajásemos del avión y cruzásemos andando a través de las pistas hasta llegar al aeropuerto. ¡pero qué peligroso! “Estos romanos están locos” pensé.
Cogimos un autobús para llegar al centro de la ciudad, y poder encontrar con mi estupendo mapa dónde se encontraba nuestro hotel. El autobús nos dejo en Termini, la estación central de autobuses y trenes de Roma. De allí, nos dispusimos a andar un par de calles más abajo, que era donde se encontraba nuestro hotel. Tuvimos que preguntar… parecía que no habíamos salido de casa nunca.
Me encanta la forma de hablar de los italianos,¡ gritando y simulando cantar! Encontramos el hotel, y lo primero que hicimos, fue dejar las maletas, coger las cámaras de fotos y salir a descubrir la ciudad.
Antes de todo, me permito decir que Roma es una ciudad muy sencilla, es fácil llegar a los sitios, y está todo muy bien indicado, hay pocas callejuelas secundarias, lo que hace más simple poder situarse.
Salimos del hotel y empezamos a andar. Justo delante de donde nos hospedábamos se encontraba la iglesia Santa María Magniore. No la conocía, de hecho, no me había documentado sobre ella, pero me pareció muy bonita.
Seguimos caminando en busca del gran Coliseo. Yo ya conocía las malas formas de conducir italianas… tuve una mala experiencia en Nápoles ( para mi, la ciudad más caótica que conozco), pero al ser Roma la capital, pensé que sería diferente… pero no, buscando el Coliseo estuvieron a punto de atropellarnos. Que desastre de tráfico italiano.
El Coliseo
Fuente propia
Ahora sí que sí, hablemos del Coliseo, creo que el momento en que lo vi por primera vez no lo olvidaré nunca. Uno de mis amigos y yo íbamos mirando el mapa, extrañados porque teóricamente teníamos la construcción justo a nuestro lado, pero no conseguíamos verlo, hasta que andamos un metro más y nos topamos con una iglesia pequeñita que nos pareció muy singular. Mientras le hacíamos fotos, otra de nuestras compañeras de viaje nos gritó: “¡mirad, mirad!¡giraos!” ¡Allí estaba! Tan grande como me lo imaginaba. La imagen que podéis ver la tomamos desde un mirador que había justo en frente. Aunque creed que todavía no he encontrado ninguna foto que le haga justicia . Aquella sensación de tenerlo tan cerca y no habernos percatado de que estaba allí… me pareció asombrosa. Me quedé anonadada al verlo. Nos acercamos, su majestuosidad, la cantidad de gente que había ido a Roma solo para verlo era una barbaridad. Siempre hay gente, es imposible encontrarlo vacío.
Las colas para entrar eran impresionantes. Al entrar sentíamos encontrarnos en la antigua Roma, con los gladiadores, y los leones, el César, los romanos… Es una sensación maravillosa, realmente el Coliseo te envuelve y te hace sentir allí, y a pesar de hacer frío, el sol calentaba el gran anfiteatro.
Antes de seguir, quiero hacer constancia de que Roma es la única ciudad que conozco donde la gran mayoría de la gente que había por la calle eran turistas, ¡creo que no vi a ningún romano auténtico!
El día pasaba y yo no dejaba de maravillarme. Paseando por las ruinas del foro romano hasta adentrarnos en el corazón de la ciudad. Lo que más me gusta de esa ciudad, es que mientras paseas por la roma moderna, en el rincón donde no imaginas vayas a encontrar nada, allí están aquellos monumentos que tanto deseabas ver. 
Nuestra siguiente parada fue la fontana di Trevi, una de las mayores maravillas que he visto. Y puedo decir que sí que es cierto, si tiras una moneda, vuelves a Roma. Volví a los 5 meses. La foto de la Fontana que se encuentra un poco más abajo, la tomé en Julio del mismo año, me parece más apropiada que cualquiera de las que saqué en febrero, ya que su localización no es precisamente privilegiada al encontrarse entre edificios, y el sol que había en junio no tiene ni punto de comparación con el que iluminaba la ciudad en Febrero. Seguimos conociendo la plaza de España. Las escaleras estaban repletas de turistas. Y confieso una cosa, si subes hasta arriba del todo encuentras la villa Medici, y justo enfrente, las mejores vistas de toda la ciudad (para mi gusto).
La Fontana de Trevi
Fuente propia
Ya se hacía tarde, y el frío nos helaba hasta la respiración. Nuestro día acabó maravillándonos con la cúpula del panteón y corriendo y jugando por la plaza Navona.

Para acabar, decir que he escrito esta redacción sobre el primer día que pasé en Roma porque, sinceramente, ha sido el día que mejor lo he pasado descubriendo y disfrutando de una ciudad. Creo que eso era lo que buscaba con el tema de la redacción, que disfrutásemos de una ciudad.

En conclusión, Roma, la ciudad eterna, es la que más me ha gustado de todas las que he visto.

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